Esto no pretende ser un blog sobre la Legión, tan solo quiero ordenar todos mis recuerdos sobre mi experiencia como legionario. En primer lugar, como álbum personal, pero además gracias a internet, para que lo conozca todo aquel a quien le pueda interesar.

Como dice el refrán “El hábito no hace al monje”, es decir, no me gusta la aventura porque soy Caballero Legionario, sino más bien al contrario. Como de todas formas me tocaba hacer la “mili” en Ceuta, decidí sacarle el máximo partido posible y me alisté voluntario a la Legión, por vivir una experiencia más intensa, además de que son profesionales y teníamos un pequeño sueldo.

ESPÍRITUS Y CANCIONES

CREDO LEGIONARIO

1. El Espíritu del legionario: Es único y sin igual, de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

2. El Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

3. El Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.

4. El Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.

5. El Espíritu de marcha: Jamás un legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado. Será el cuerpo más veloz y resistente.

6. El Espíritu de sufrimiento y dureza: No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros; estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.

7. El Espíritu de acudir al fuego: La Legión desde el hombre solo hasta La Legión entera, acudirá siempre donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.

8. El Espíritu de disciplina: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

9. El Espíritu de combate: La Legión pedirá siempre, siempre, combatir, sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años.

10. El Espíritu de la muerte: El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

11. La Bandera de La Legión: Es la más gloriosa porque está teñida con la sangre de sus legionarios.

12. Todos los hombres legionarios son bravos: Cada Nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar qué pueblo es el más valiente.



LA CANCIÓN DEL LEGIONARIO



Soy valiente y leal legionario
soy soldado de brava legión;
pesa en mi alma doliente calvario
que en el fuego busca redención.

Mi divisa no conoce el miedo,
mi destino tan solo es sufrir;
mi Bandera luchar con denuedo
hasta conseguir
vencer o morir.

Legionario, legionario
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, legionario
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte,
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.

¡Legionarios a luchar,
legionarios a morir!

Somos héroes incógnitos todos,
nadie aspire a saber quién soy yo;
mil tragedias, de diversos modos,
que el correr de la vida formó.

Cada uno será lo que quiera,
nada importa su vida anterior,
pero juntos formamos Bandera,
que da a la Legión
el más alto honor.

Legionario, legionario
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, legionario
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.

¡Legionarios a luchar,
legionarios a morir!



EL NOVIO DE LA MUERTE



Nadie en el Tercio sabía
quién era aquel legionario
tan audaz y temerario
que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo el corazón.

Más si alguno quién era le preguntaba,
con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tan leal compañera.

Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera,
defendiendo a su Bandera,
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.

Cuando al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquélla carta decía:
"...si algún día Dios te llama,
para mí un puesto reclama
que a buscarte pronto iré".
Y en el último beso que le enviaba,
su postrer despedida le consagraba.

Por ir a tu lado a verte,
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi Bandera.